¡Hola Elena! Otra vez por aquí. Esta segunda tarea se trata de realizar un podcast, en el que tendrás que representar con otros dos compañeros el relato que voy a poner a continuación. Uno de vosotros será el narrador, otro el conejo y otro el león. ¡Espero que os guste y que lo hagáis con ganas!
EL LEÓN Y EL CONEJO
Érase una vez dos familias que vivían en la selva, una de ellas eran conejos y la otra, de leones. Un día, los
hermanos conejos empezaron a jugar al escondite, y poco a poco empezaron a
alejarse, cuando el más pequeño de ellos, se perdió.
-¿Hermanos dónde estáis?-
gritaba el conejo.
Andando asustado por la
selva, escuchó algo detrás de un arbusto, cuando de repente salió un pequeño
león.
-¡¡¡Buh!!- dijo de broma
el león intentando asustar al conejo.
El conejo se quedó por
unos segundos sin moverse, y de repente empezó a correr sin parar para huir del
león.
-Déjame por favor, no me
comas- dijo aterrorizado el conejo.
-Oye, pero deja de correr,
yo no voy a comerte solo quiero ser tu amigo- dijo el león.
Entonces, el conejo
frenó en seco. -¿Mi amigo?- dijo.
-Si, es que me he perdido, y
no sé dónde estará mi manada. Solo quiero jugar contigo, ¿te apetece?- dijo el león.
-Yo también me he perdido,
y tampoco encuentro a mis hermanos. Y, ¿Si buscamos a nuestras familias y luego
jugamos todos juntos?
-Vale, ¡qué bien!- dijo el león muy contento.
Mientras andaban los
dos en busca de sus familiares, iban contándose un poco de sus vidas. Cómo se
llamaban, cuántos años tenían… -Y, ¿qué tal en el colegio? ¿Te
gusta ir?- dijo el león.
Entonces el conejo le respondió -A mí me encanta el
colegio, me lo pasó genial con mis compañeros y amigos porque nos llevamos muy
bien todos, y además tengo a los mejores profesores.
-¿A ti no te gusta?-Le preguntó.
-Sí, siempre voy con ganas a
clase porque me enseñan todos los días cosas nuevas.
Seguían hablando de sus
cosas cuando de repente escucharon unas voces en la selva que decían sus
nombres. Corriendo hacía los gritos dijeron los dos a la vez: -¡Es mi familia!
-¡Mira! Nuestras familias
vienen juntas a buscarnos, seguro que se han hecho buenos amigos- admiró el conejo.
El león salió corriendo
hacia su familia y les dio un abrazo. -¿Queréis que juguemos todos
juntos al escondite con cuidado y sin separarnos mucho los unos de los
otros?
-¡Sí!, y luego podíamos ir
a comer a nuestra casa- dijo el conejo.
Después de jugar, se
dieron una gran comilona para celebrar que no les había pasado nada al conejo y
al león. Hicieron una gran amistad que duró muchos años y varios días a la
semana quedaban para jugar todos juntos.
FIN
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